Reinos de la Luz y la Oscuridad

Aquel personaje inesperado se propuso a ayudar, pero al no tener una visibilidad adecuada y un pésimo campo de combate, al no poder moverse por el ejercito de gohmas, no pudo desenvainar su espada y fue forzado a solo utilizar el gancho para proteger la parte delantera del carromato junto con los jabalíes de la gran plaga de gohmas que asechaba el perímetro.

Aquel nuevo integrante del grupo y yo nos las apañamos bien para acabatr con las larvas que salían al paso. Pero fuí atacado por uno de esos insectos, el cual se enganchó a mi espalda y me arañaba desde ahí. El dolor y el susto por los golpes inesperados me hicieron soltar el arco, pero desenfundé la espada y traté de atacarlo. Por desgracia, no era capaz de verle y no alcanzaba a golpearle.
-Mierda... Por favor, quítame este bicho de encima.-le dije al chico. Sin embargo, el se encontraba en la misma situación que yo y no podía hacer nada.
Viendo esto, apreté con más fuerza la empuñadura de mi espada, y con cuidado de no fallar y darle a él, le asesté un certero golpe al insecto sobre la espalda de mi compañero, acabando con éste. Doliéndome aún por los ataques de la larva le dije:
-Ahora por favor... Acaba con él...

El personaje misterioso se encontraba entre la espada y la pared, desenfundo su espada y trato de atacar a los gohmas que se aferraron a aquel individuo que lo acompañaba, pero los gohmas eran cada ves mas rápidos y se movían con agilidad, el no sabia que hacer con los gohmas que atacaban a aquel fiero guerrero sin herirlo, pero de repente le entro una idea, llamo a su cuco y lo soltó contra los gohmas que atacaban a su acompañante, los gohmas cayeron al suelo y rápidamente el guerrero lanzo una estocada contra los molestos parásitos que llegaban como el viento. Al hacer esto le pregunto a el otro guerrero: ¿no sabrás algún ataque efectivo para repeler un ejercito de gohmas?

Las situaciones adentro estaba colapsando, estaba peleando sola contra todos aquellos malditos insectos que ademas de estar por todos lados uno se aferraba a mi espalda mordiéndome fuertemente creando un agudo dolor que una que otra vez me hacia dejar salir unos quejidos de dolor. la ventanas estaban rotas y por allí entraban, también por lugares que yo no tenia conocimiento. -¡¡Gha!! A-Alguien ¡ayuden-me! no puedo sola... - mi vista se estaba nublando, no, genial, un hermoso momento para perder la visión. estoy ciega peleando contra las larvas, ocupando solo mis otros sentidos.

el polizón seguía luchando junto con su nuevo compañero contra los gohmas, de pronto escucho un quejido que venia del carromato pero no le presto la mas mínima atención, pero después de un rato se acordó de el conductor y fue a revisar, pero para no dejar a su compañero solo dejo a su cuco para que lo ayudara en caso de una emboscada por la espalda por parte de los gohmas. Al dirigirse al carromato, lo que encontró fue a otra persona desconocida paliando con los molestos gohmas, el polizón solo se propuso a destruir un puñado de gohmas ya que no savia si aquella persona era amiga o enemiga.

Mi compañero consiguió acabar con las larvas a mi espalda, pero se fue antes de que pudiera agradecerle nada, ya que oimos un grito en el interior del carromato. Él se me adelantó, y como no podíamos dejar que las larvas acamparan a sus anchas sin que nadie las atacara y confiaba en que sería capaz de acabar con ellas, le dejé hacer. Al levantarme, acabé también con los insectos que atacaban a la chica que se encontraba con nosotros en el techo del carro.
No se oyeron más gritos del interior del carro, por lo que supuse que habían acabado con los monstruos del interior. Aún así, no me quedaba tranquilo. Arriba estabamos a salvo, y en el interior también, pero si habían llegado a atacar a los pasajeros... ¡el conductor también corría peligro! Me asomé por el techo a ver el estado del cochero, y, en efecto, estaba siendo atacado por un grupo de larvas. Salté al interior, golpeando a uno de los bichos de una patada y pisándolo. Después, con un par de tajos de mi espada, mandé a los otros fuera de la cabina, con la mala suerte de que uno cayó sobre uno de los jabalíes, aferrandose a ésta con uñas y dientes para dañarlo. Saqué mi gancho, ya que mi arco lo había dejado sobre el techo del tejado, pero antes de poder dispararlo contra el insecto, cayó del cielo, como un relámpago azul, Lyne, acabando con sus garras con la larva. Puede que su llegada no fuera de mucha ayuda, pero al menos tenía apoyo aéreo y podía ayudar a acabar con los insectos.
Con el cochero a salvo, me tentaba entrar a comprobar si se encontraban bien los demás, pero no podía arriesgarme a otro ataque de las larvas, así que volví a subir al techo de carro y continué acabando con las larvas utilizando mi arco.

El sujeto extraño al ver como el otro guerrero ayuda a esa mujer se quedo tranquilo y un poco pensativo ya que no tenia idea de el porque de los acontecimientos, por solo pensar si llegaría a su destino en una sola piase y la inesperada primera impresión que causaría sobre sus acompañantes de batalla.

Ahora estaba sin esa larva hiriéndome la espalda a lo que di un suspiro de alivio y mire a los chicos. sonriendo algo dulce para después, hacer una embestida en dirección a ellos, mas, era a unas larvas que estaban detrás del conductor y guerreros. -perdonen... pero tenemos que tener a las p-personas... ah... a salvo jaja.- ¿que?, ¿estoy perdiendo mis fuerzas? "tsk... malditas larvas." susurre para mis adentros. tengo que ser fuerte como todos mis antepasados sheikah's.

pero nada servia, las larvas de Gohma siguen con la misma intensidad mientras que cada uno de nosotros se encuentra mal, en cualquier ámbito. como desearía que no estuviera tan mal el mundo para que esto no pasara, ¿cuando llegara el dia de paz como en los días arcanos...? pero bueno, no es hora de pensar en eso y lamentarse. tenemos que salir vivos de esta... aunque no pudimos salir muy bien que digamos en la batalla contra el fantasma de ganon... y me insultara... Grr que rabia tenia y aun tengo...

el polizón estaba petrificado no tenia idea que hacer, solo esperaba un un aliento, un susurro, una esperanza o hasta un animo.
Sentía un fuerte ardor de garganta, tenia entumecidas las manos por tanto apretar la empuñadura de su espada, comenzó a pensar si se podía rodear el perímetro, pero no era una opción ya que los gohmas tenían ojos por todas partes y si avanzaban rea como entrar en la boca del lobo, el polizón se sentía frustrado por tanta desesperación, pero no para de luchar ya que rendirse no es una opción para el, ni para sus compañeros guerreros.

mire al guerrero que se encontraba a mi lado, se veía pensativo y temía que estuviera muy herido y se desvaneciera -hey! t-te encuentras bien?- dije mientras me acercaba, pero las larvas seguían llegando, supuse que él estaba bien y regrese a atacar a aquellos bichos. Me asome para ver como se encontraba la chica y cual fue mi sorpresa al ver un desconocido algo confundido "que pasa con estos tipos" dije para mis adentros, ignore a ambos y tome nuevamente mi arco.

Y de repente nuestra enemiga me habló. No se como lo hizo a tanta distancia como estabamos, y además sin que nadie a mi alrededor se enterara. Ella me dijo que si acababa con los demás, me salvaría y me convertiría en su subdito. Debería haber rechazado su proposición de inmediato, sin embargo, estabamos ya en las últimas, incapaces de hacernos cargo de todas las larvas que se nos acercaban. Dudaba. No era capaz de acabar con los demás a sangre fría y lo sabía. Sin embargo tal vez pudiera convencerla de dejarlos vivos si me unía a ella. Puede que fuera eso lo que debí hacer, pero, ¿servir a alguien, al igual que hizo mi padre, y lo que ello trajo consigo? ¿Venderme y probablemente renunciar a encontrar a mi madre jamás?
No era capaz de decidirme, me encontraba en un mar de dudas, y mientras los demás luchaban con todas sus fuerzas por salvar sus vidas y escapar.

De repente, sonó un estruendo y hubo un destello que me sacó de mis pensamientos. Miré a mi alrededor y ví a un hombre que había aparecido de la nada y portaba un bate. ¡Maestro Bateador! ¡Él nos salvaría! Un gran peso se me quitó de encima y caí al suelo aliviado. Ya no tendría que venderme y todos nos salvaríamos.

El Maestro Bateador nos dijo quien era la dama, era Sulkaris, la Sabia Caída del Bosque. Aunque yo eso ya lo sabía, ya que ella misma me lo había dicho anteriormente. También mandó a uno de los jabalíes que tiraban del carro a Ordon y nos dijo que nos marcháramos. Mientras nos alejábamos, todos observábamos al Maestro Bateador, esperando a ver que hacía, cómo se encargaría de ella. Sin embargo no fuimos capaces de ver nada, ya que ambos se mantuvieron inmóviles hasta que llegó un momento que no podíamos verlos.

Finalmente llegamos a Kakariko, la ciudad por la que tantas penurias habíamos sufrido para llegar. En aquel momento, yo me encontraba bastante alicaído, ya que, tras la alegría inicial por haber conseguido salir vivos de la batalla contra Sulkaris, me puse a reflexionar y me dí cuenta de que no fui capaz de salvarnos, que no hice nada y que si no llega a ser por Maestro Bateador todos hubiéramos muerto, al igual que pasó con mis padres. No fuí capaz de salvarnos porque no era suficientemente fuerte.

Bajé del carromato junto a los demás, esperando a ver que íbamos a hacer.

OFF: si esta genial, lo que mas me atrae para investigar es la taberna Bongo Bongo, pero antes quisiera una pequeña explicacion de como son los lugares por adentro para no equivocarme, en especial la taberna Bongo Bongo :^o^:(me gustaría saber si aun existe el cementerio)

Nos encontabamos actualmente frente a la posada "Pelícaro Rojo". Sonaba a pájaro, o tal vez a pez, pero en cualquier caso no tenía ni idea de que era un "pelícaro". Bien podía ser una hierba o una prenda de ropa.

Por lo poco que pude observar de la ciudad en el trayecto, había una zona mucho más antigua que el resto de la ciudad. Había oido que Kakariko era un poblado sheika, así que supuse que eso era el pueblo original.
Todos habíamos bajado del carromato y la mayoría nos encontrábamos confundidos al encontrarnos en un lugar complétamente desconocido. Al ver que nadie proponía nada, decidí ser yo el que lo hiciera:
- Creo que deberíamos entrar a la posada y pedirle al dueño cobijo para esta noche. Además no nos vendría mal información sobre que tenemos que hacer.

OFF: A mi me interesaría saber si todavía existe la galería de tiro, ya que tengo el arco de arma principal, que menos que aprovecharlo. Por cierto, cuando puse lo de pedir cobijo me puse a hacer memoria y me dí cuenta de que no hemos dormido en todo el rol. Creo que ya va siendo hora xD.

El personaje al que todos llamaban polison bajo del carromato, llamo a su cuco, el cual de inmediato entro en su capa para acobijarse, el polison cerro su capa de pies a cabeza, aunque hacia calor eso era lo de menos, miro a su alrededor observando el area detenidamente, bajo su cabeza y escucho que alguien dio una sugerencia de entrar a esa posada de nombre el pelícaro rojo y dijo : Entren ustedes, no necesitan pagar por mi, yo me quedare un rato en la puerta de entrada pero no me ire de este lugar así que ....... se detuvo a mirar a su alrededor por lo impresionado que estaba al nunca haber visitado kakariko, pero fingía para ocultar su breve emocion por unos segundos, volteo la cabeza y dijo: no importa entren si quieren.