La Magia del Ocaso (Twilight Princess Fan-Ficcion)

  • Hola!! Les presento mi primer fic de Zelda: "La Magia del Ocaso". (No saben cómo me costó escoger un nombre jaja)
    Un día me surgió la idea de hacer un fic de Twilight Princess en base a hechos posteriores a lo sucedido en la entrega. No estaba muy seguro si hacerme un fic todavía o no, ya que aún no tengo ideas bien definidas, pero nada pierdo con intentarlo!!
    Espero que esta historia les sea de su agrado y sobre todo que la disfruten, ya que mi principal objetivo de hacer un fic es que otros lo puedan leer y pasar un buen rato. Es un orgullo tener lectores!! Les prometo intentar hacer de esta historia una historia interesante y con un buen desarrollo para que no se lleguen a aburrir, sin importar la cantidad de capítulos que requiera; y sobretodo, que se llegue a concluir. Ya que muchas veces me entra una gran falta de interés en mis fics por lo que me da pereza continuarlos. Pero esperemos que esto no suceda :v


    Aquí les dejo el prólogo amigos :^_~:


    Prólogo: Un nuevo día en Ordon.


    Después de que Link regresa a Ordon tras haber derrotado a Ganondorf, el Señor de las Tinieblas, y haber devuelto la paz en Hyrule; ocurre un incidente que dejará a Link con un cambio radical en su vida; todo esto provocado por el misterioso artefacto que una vez controló Midna: El Cristal Oscuro.


    **************


    Erase un caluroso día en los dominios de Hyrule. El valiente Héroe se había despertado al sentir los rayos de luz en su cara provenientes de la ventana, su despertador natural. Este se levantó y se restregó los ojos con sus manos, seguidos de un gran bostezo. Eran las 7 am y la rutina de Link de cada día había iniciado, así que se lavó la cara y se vistió para realizar sus labores en el campo y con el rebaño.


    Hacía ya aproximadamente un mes de lo sucedido con Ganondorf y el Reino del Crepúsculo. Link había devuelto la espada maestra a su sagrado recinto y era nuevamente un aldeano más de Ordon, sin ninguna responsabilidad, más que su colaboración con sus vecinos para ganarse sus rupias diarias. Link solía trabajar con las cabras del rancho y con la huerta, según lo que don Fado lo pusiese a hacer.


    El reciente despertado Link había llegado a la granja, donde estaba Fado esperándolo. Link se caracterizaba por su puntualidad para todo, era muy extraño verlo llegar tarde. Fado al ver a Link entrar al rancho se acercó a él con sus ojeras mañaneras a saludarlo.


    _ Buenos días Link _ Dándole unas palmadas en el hombro.


    _ Buenos días don Fado.


    _ ¿Estás listo para iniciar el día?


    _ ¡Por supuesto!


    _ Perfecto. Para empezar te pediré que alimentes a las cabras que se encuentran en su corral y les cambies el agua Link. El alimento está sobre ese barril. _ Dijo señalándolo _ En cuanto termines me buscas.


    _ De acuerdo.


    Y sin decir nada más Link se apresuró a hacer lo que se le había mandado. Fue en busca del alimento y se lo llevó a las cabras. Link nunca se aburría de su trabajo aunque hiciera lo mismo cada día, todos los días.


    Al terminar con las cabras, empezó a buscar a Fado para preguntarle que seguía por hacer. Luego de buscar lo encontró trabajando en la huerta del pueblo, donde se siembran gran cantidad de calabazas y otros vegetales que se venden a las otras regiones de Hyrule. Fado estaba sacando de la tierra unas papas, cuando al oír los pasos de Link se levantó.


    _ ¡Al fin llegaste Link!_ Dijo limpiándose las manos.


    _ ¿Ahora que me toca hacer?


    _ Ahora me ayudarás a recolectar las calabazas de la huerta. ¡Esta producción estuvo masiva y hay mucho por cosechar!


    _ De acuerdo. ¿Y a dónde se llevan estas cosechas?


    _ Se empacan en cajas y se trasladan de aquí a la ciudadela para satisfacer la demanda de esa gran ciudad. Hyrule ama nuestras calabazas, dicen que son las mejores del territorio. _ Dijo con una sonrisa _ Pero obviamente con guardias, ya que las praderas de Hyrule están llenas de enemigos y peligro. Sin seguridad los enemigos nos robarían los productos, y la economía de Ordon depende de esta huerta principalmente.


    _ Es imposible cruzar las praderas sin toparte con ningún enemigo.


    _ Cierto. Hablando de esto, ¿no has vuelto a salir de Ordon verdad? _ preguntó mientras colocaba una calabaza en el cesto.


    _ Pues la verdad no... He preferido estar aquí tranquilo. Además nadie me ha solicitado o llamado como para irme.


    _ ¿Si alguien te llama tú irías?


    _ Seguro que sí.


    _ ¡Ay Link! Tú siempre tan bondadoso _ Dijo entre risas.


    _ De algo me he ganado buena reputación jeje _ Dijo riéndose también. _ No hay nada peor que una persona egoísta y poco servicial.


    _ Ojalá todos fueran como tú...


    _ Gracias. _ Agradeció mientras intentaba alzar un gigantesca calabaza. Era tan pesada que Link perdía el equilibrio y le temblaban los brazos mientras la alzaba.


    _ Déjame ayudarte chico. _ Dijo mientras le ayudó a ponerla en su sitio. Era un espécimen gigantesco. _ De esta calabaza se puede hacer más de un pie jajaja.


    En eso, mientras Link seguía trabajando, escuchó unos pasos que se acercaban.


    _ ¿Quién se acerca? _ Dijo mirando hacia los alrededores. Fado miró y no observó a nadie.


    _ ¿De qué hablas Link?


    _ Escuché unos pasos. Aunque... a lo mejor me lo inventé.


    Justo en ese momento, Ilia llegó a la huerta. Fado se quedó un poco impresionado por el buen oído del muchacho. Al parecer el haber sido lobo le había afinado los sentidos, especialmente el oído y el olfato. Ilia se acercó amigablemente a Link para saludarlo.


    _ ¡Buenas Link! _ Dijo dándole un pequeño beso en la mejilla. _ Buenas don Fado.


    _ Buenas Ilia _ Saludaron ambos.


    _ ¿Qué tal el día?


    _ Pregúntaselo a él _ Dijo Fado señalando a Link, quien tenía la ropa llena de tierra.


    _ Creo que esta noche lavaré ropa _ Dijo Link mientras todos reían.


    _ ¿Te gustaría ir mañana a mi casa a desayunar Link? Haremos unos deliciosos pancakes.


    _ ¡Por supuesto! Ahí estaré.


    _ Perfecto. Te esperamos. _ Terminó mientras se fue, dejando su fuerte perfume a gardenias en el lugar. Link siguió con su trabajo hasta que el sol empezó a descender y la tarde se hizo presente.


    Ese día estuvo bastante cansado para Link con esa exuberante cosecha de calabazas; por lo que luego de terminar con su labor se dirigió a la fuente de Ordon a darse un chapuzón y refrescarse. Comúnmente en la tarde nadie se acercaba a la fuente porque temían un enemigo, pero en cambio Link no se preocupaba por eso. Se lanzó con toda la ropa que llevaba puesta y sintió un gran placer al sentir el agua fría en su sudado cuerpo. Permaneció allí unos 10 minutos y después se dirigió a su casa. Goteando y con algo de frío llegó entró a su casa y cogió una toalla para secarse, o sino podría resfriarse.


    Limpio y seco, se sentó en su escritorio a estudiar. Link solía estudiar idiomas antiguos y Leyendas de Hyrule por gusto. Él decía que era importante saber esos conocimientos para cualquier situación que los requiera. En eso que está escribiendo en su libreta, accidentalmente deja caer la pluma, la cual había ido a parar debajo la cama. Sin otra opción, Link se puso de rodillas y estiró su brazo para tocarla sin fijarse que había bajo la cama. En eso, Link toca algo extraño, como una especie de caja la cual no recordaba de qué era, así que la sacó.


    Al sacar la caja, mejor dicho cofre, este produjo una especie de oscuridad. Era el Cristal Oscuro, aquel artefacto que Zant maldijo en él para que adaptara su forma de bestia permanentemente; y que, gracias a la espada maestra se convirtió en un útil objeto que permitió a Link transformarse cuando él lo quisiera.


    Link sabía que tocar ese objeto era sumamente peligroso, ya que toda la energía de la maldición recaería nuevamente en él; y sin la Espada Maestra para repeler el mal se metería en graves problemas. Por un momento se puso a revivir en su mente esos recuerdo lobunos que tuvo, y decidió mejor cerrar el cofre y la puso en el suelo para no cometer algo indebido. Seguido de esto se fue a la cama.



    Continuará...

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  • Capítulo 1: El ataque de los Bulblins.


    ****************
    La mañana siguiente Link se apresuró para ir a la casa de Ilia tal a como había prometido. Para fortuna de él, ese día lo tenía libre por lo que no debía de ir a trabajar. Era un día algo nublado, por lo que los rayos del sol no le pegaron en la cara esta vez y se había levantado unos minutos más tarde de lo habitual. Luego de vestirse y echarse un rápido salpicón de agua en la cara se dirigió a la casa del alcalde.


    Al llegar, tocó tres veces la puerta cuando el alcalde Bono lo recibió con un caluroso saludo. El alcalde y Link se solían llevar muy bien. Luego de ofrecerle entrar y tomar asiento, pegó un grito a Ilia para que se presentara al comedor.


    _ ¡HIJA! ¡LINK YA LLEGÓ!


    _ YA VOY PADRE. _ Dijo mientras se escuchaba una voz proveniente del baño. Al parecer llegó en el momento exacto en el que Ilia estaba ocupada.


    _ Qué oportuno eres Link _ Dijo entre risas con los brazos cruzados. _ ¿Qué prefieres desayunar? ¿Pancakes o tostadas?


    _ ¡Pancakes! Por supuesto jeje.


    _ Me imaginé muchacho, Ilia me contó que amas los pancakes. De todos modos no hay tostadas jo jo jo. _ Dijo entre grandes carcajadas. A veces el alcalde perdía su seriedad.


    En eso Link percibe un fuerte olor a gardenias que le era conocido. Era el aroma del perfume de Ilia quien acababa de entrar al comedor.


    _ Hola Link. ¡Qué bueno que viniste! _ Dijo mientras le daba un pequeño beso. _ Perdón por el atraso jeje.


    _ No te preocupes. También me atrasé yo un poco de hecho.


    _ ¿En serio? Eso no es común de ti...


    _ Al parecer pensé que era más temprano jeje _ Riendo un poco.


    _ ¿Te cuento algo? Mi papá realizó una montaña de pancakes sólo para ti para que comieras todos los que quieras hasta reventar ji ji ji. Claro que con miel de abeja, a como te gustan.


    _ Uff qué bueno, muero de hambre. _ Dijo mientras su estómago asintió con un fuerte sonido.


    _ Iré por los pancakes, ya regreso.


    _ Ok.


    Ilia se fue a la cocina y trajo el platón con aproximadamente 15 pancakes y un tarro lleno de fresca miel de abeja. Link ya babeaba con sólo ver ese manjar. Tras comerse 8 pancakes, Link se rindió y se recostó en la silla.


    _ Delicioso _ Cerrando los ojos con placer.


    _ ¿Qué pasó Link? ¿Acaso se rinde el héroe? _ Dijo el alcalde.


    _ Por hoy si jaja.


    _ Oye Link, hoy que tienes libre ¿qué piensas hacer? _ Preguntó ocasionalmente Ilia.


    _ No lo sé la verdad...


    _ ¿No te gustaría ir a pescar al lago conmigo? Quizás nos divirtamos un rato.


    _ ¡De acuerdo!


    Después de la plática, Link se fue con Ilia al pequeño lago del pueblo donde había algunos peces. Link había traído su caña de pescar e Ilia la suya. Tras una hora entera de intentar, Link logró pescar 6 peces e Ilia 4.


    _ ¿Pero por qué siempre pescas más que yo? ¡Siempre me ganas en todo! _ Dijo mirando hacia otro lado haciéndose la enojada.


    _ Estrategia Ilia jeje. _ Dijo poniendo uno de sus peces en el cesto de Ilia, quedando 5 para cada uno.


    _ No quiero ese pez, comeré lo que pesco. _ Tirándolo de vuelta al cesto de Link.


    _ ¡Pero si es un pez gato!


    _ No lo quiero. _ Firmemente. En eso Link le tira el pez encima a Ilia.


    _ ¡Ay ay ay! _ Brincando del asco. Link sólo se carcajeaba al verla bailar tan ridículamente. _ Con que sí eh... _ Y con ojos de venganza le tiró el pescado a Link justo en la cara. Desde ese momento pasaron todo el rato persiguiéndose y riéndose tirándose el pez gato de uno al otro. Al final del juego Ilia finalmente aceptó el pez a regañadientes y ambos se fueron a sus casas a tomar el almuerzo.


    Al llegar a su casa en la tarde, Link se encontró con Talo, Malo y Beth esperándolo al frente. Esos tres niños eran conocidos por siempre estar traveseando y jugando con las armas de Link. Talo se acercó a Link simpáticamente.


    _ Hey Link. ¿Qué tal todo? Me contaron que desayunaste hoy en casa del alcalde eh.


    _ ¡Sí! Ayer me invitaron.


    _ Vaya amistad Link. Por cierto... ¿Casualmente hoy no vas a usar tu espada?


    _ Mmm creo que no. _ Sabiendo a qué venía la pregunta.


    _ ¿Te molestaría prestármela un rato para... mejorar mis habilidades?


    _ Mmm, está bien. _ Dijo mientras entraba a su casa a traérsela. Link nunca les decía que no a los niños; se confiaba mucho de que no harían nada malo. _ Aquí está. _ Dándosela. _ Nada más no hieras a nadie, ni siquiera a los monos eh.


    _ ¡WOW! Muchas gracias Link, de acuerdo, eres el mejor, de verdad jeje. _ Dijo yéndose felizmente a practicar con un espantapájaros.


    _ Vaya Link, eres muy despreocupado para prestar tu espada _ Dijo Beth acercándose a él. _ Esperemos que Talo no le corte la cabeza a nadie ji ji ji. Por cierto, antes te llegó una carta a tu buzón para que sepas.


    _ Gracias Beth.


    Y todos los niños empezaron a travesear. Pero en cuanto Link hizo a subir las escaleras de su casa, pudo escuchar unos pasos muy fuertes que se acercaban. Jamás podía ser un aldeano. Cuando de repente la tierra comienza a temblar. Link miró hacia el sendero que lleva al bosque de Ordon cuando de repente apareció un Bulblin montado sobre un gran jabalí con un mazo en su mano. Los niños al ver esto salieron corriendo al pueblo para refugiarse en sus casas, pero el Bulblin fue tras ellos.


    Link quería intervenir, pero Talo del susto olvidó devolverle su espada; y sin espada ni municiones para sus demás armas no haría más que jugar con el gran cerdo. Así que, analizándolo mucho, no le quedó otra opción que ir por El Cristal Oscuro. De este modo Link se apresuró a entrar a su casa y abrir el cofre de la piedra. Esta era negra con franjas naranjas, e irradiaba una gran oscuridad. Link sin más remedio puso su dedo sobre la piedra; y sintió inmediatamente cómo esa fuerza maligna se introducía nuevamente en su cuerpo.


    Sus músculos se hacían más cortos pero más granes; sus dientes empezaron a hacerse más grandes y afilados; sus huesos empezaron a modificarse; sus manos pasaron a convertirse en patas con garras y de su cuerpo comenzó a crecerle un grueso pelaje negro y gris cubriéndolo por completo. Era una transformación bastante dolorosa, pero Link había aprendido con la costumbre a no gemir. Cuando era ya completamente un lobo, se apresuró a salir de su casa, aunque había dejado la puerta cerrada para que nadie lo viera....


    Entonces para poder salir se le ocurrió empujar su escritorio cerca de la puerta y brincar a la manecilla esférica de la puerta. Luego de tenerla bien sujeta, se columpió con su patas hasta llegar a pararse sobre el escritorio logrando girar la manecilla. Al abrir la puerta salió y se tiró al suelo para correr hacia el pueblo. Al llegar, pudo ver cómo el Bulblin tenía amenazados a Ilia y a Fado en una esquina. Link al ver esto gruñó y se acercó a toda velocidad. Los acorralados entraron en pánico al observar aquel animal que se aproximaba a toda velocidad hacia ellos, pero dejaron de gritar al ver que lobo atacó la pata del jabalí.


    Link se había abalanzado en la pata trasera del gran cerdo mordiéndola con todas sus fuerzas. El jabalí gritaba de dolor retorciéndose y botando al Bulblin al suelo. Cuando Link soltó finalmente al animal huyendo con una gran herida. Después de eso, la mirada del lobo se centró en el Bulblin, quien lo observaba con el arma en la mano. Ambos corrieron hacia el contrincante en una batalla fuerza contra armas. Cuando Link se abalanzó sobre el Bulblin, este cogió su mazo a tiempo y le dio un fuerte golpe; dejándolo noqueado. Ese bulblin no era tan tonto como parecía.


    Ilia y Fado miraban muy asustados la escena. El lobo yacía en el suelo inconsciente mientras el Bulblin se acercaba para dar el golpe de gracia. Este se colocó junto al animal y alzó sus brazos con el mazo disfrutando glorioso final, pero Link se percató a tiempo y se abalanzó rápidamente sobre la yugular del Bulblin, atacándolo repetidas veces. Esas mordidas fueron suficientes para que el Bulblin cayera moribundo al suelo, soltando su mazo en forma de derrota. El lobo había sido el victorioso.


    Tras terminada la batalla, Link miró a los acorralados, quienes estaban sorprendidos de la acción de él, aunque lo seguían mirando con miedo.


    _ Nos ha salvado... _ Dijo Ilia algo sorprendida. Link sólo los miró en forma pasiva.


    _ ¿Por qué lo habrá hecho? _ Preguntó Fado sin despegarse de la pared. Ilia intentó acercarse al lobo pero Link huyó rápidamente hacia su casa fuera de la vista de los demás. Ilia lo intentó perseguir pero fue detenida por Fado, aunque los hubiera salvado seguía siendo un animal salvaje y los podía atacar.


    Link llegó a su casa y se sentó en frente de ella. ¿Qué haría ahora? Ahora era una bestia, y debía quedarse así de momento. Link se puso a pensar a dónde iba o qué hacía cuando fue distraído por un sonido que provenía de su casa; un sonido extraño. ¿Había alguien en la casa? No podía descubrirlo. Siendo lobo la tarea de subir las escaleras era algo imposible.


    El lobo asomó su miraba a la puerta, intentado ver algo; pero desde ese ángulo tan bajo era imposible ver mucho. En eso, escuchó cómo los pasos de alguien y un olor a gardenias se acercaban.


    _ ¡Aquí estás lobo!. ¿Por qué huyes de nosotros? _ Preguntó curiosa manteniendo la distancia, pero Link estaba muy concentrado en su casa para tomarle atención.


    _ ¿Te sucede algo? _ Preguntó viendo su forma de alerta. Fijo su miraba a dónde apuntaba la del lobo, la casa de Link. Ella logró escuchar también el sonido. Sin duda alguna alguien estaba provocando desastres dentro de la casa.


    _ ¿Quién estará en la casa de Link...? _ Preguntó extrañada, cuando de repente un fuerte olor a humo empezó a salir de la casa. Esto alarmó a Link, sabiendo que eso significaba fuego. Además recordó que dejó el cristal oscuro a la vista; mas no podía hacer nada más que ladrar repetidamente. No podía hacer nada. Ilia se preocupó intentando entrar en la casa, pero fue detenida bruscamente por el lobo; Link no iba a permitir que corriera peligro, por lo que no quería que subiese.


    _Ok, ok, no entro... pero no gruñas así que me espantas.


    _ “¡Esta está loca!” Se pensó Link.


    Poco a poco el humo fue haciéndose visible y se veían llamas dentro del aposento. Link no sabía qué hacer, hasta que sus preocupaciones fueron interrumpidas con la salida de un bulblin de su casa. Al parecer mientras ayudaba a Ilia y Fado en el pueblo un bulblin había entrado en la casa abierta.


    Pero para sorpresa de Link, el bulblin traía algo más en sus manos además de su fiel mazo. Era algo oscuro, tan oscuro como las sombras. La vista no le fallaba; el bulblin había robado el Cristal Oscuro. Este sólo se quedó observando dicho artefacto. ¿Qué sería? No lo sabía... pero no le interesó mucho.


    Link se preguntaba por qué el cristal no tenía efecto alguno con él si la estaba tocando directamente. Lo único que pudo deducir era que la maldición estaba dirigida a él; o que el bulblin al ser enemigo no le afecta. Ante el desinterés de este al asunto, no hizo más que lanzar el poderoso objeto al suelo, fragmentándose este en muchos pedazos, yéndose la magia oscuro hacia el cuerpo de Link. Link sólo abrió sus grandes ojos azules horrorizado.


    La casa estaba ahora en llamas, por lo que Ilia fue al pueblo en busca de ayuda, mientras que al bulblin no le quedó otra salida que bajar o ser rostizado. Pero este inocente bulblin ignoraba que abajo lo esperaba un furioso lobo. En cuanto este bajó con un poco de torpeza, Link en un ataque de rabia lo mordió hasta no dejar ni un pelo de él. Pocas veces Link atacaba con tal odio.


    Ahora Link estaba solo; él y el cristal roto. Alguna vez Midna le dijo que ese cristal nunca debía romperse, o sino podría pasar algo malo; pero nunca le dijo qué... Y ya eso era un hecho. Debía buscar qué hacer.


    En eso, Link vio cómo la oscuridad de la piedra se dirigía hacia él entrando en su cuerpo. Link sabía que eso no era nada bueno; por lo que debía ver que hacia ahora.



    Conitinuará...

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  • Capítulo 2: La Tragedia del Cristal.


    Link supo que la maldición había recaído permanentemente de nuevo en él; pero esta vez la piedra estaba rota y toda esa magia oscura residía en su interior. Link se puso pensativo.


    Casualmente, su mirada se desvió por un momento al buzón de su casa y vio una pequeña carta saliente de esta. Era la carta que Beth le dijo que le había llegado anteriormente. Con algo de desánimo Link la cogió cuidadosamente con sus dientes para leerla. Sin embargo, sabía que leerla allí no era la mejor opción. Sería extraño que alguien viera a un lobo leer el correo de alguien, así que se encaminó a la fuente de Ordon donde nadie lo pudiera ver.


    Link colocó la carta frente a él y contempló el escudo de Hyrule en ella; lo que le hizo saber que era una carta importante. El nombre del remitente aclaró que era una carta de la princesa Zelda. Link no esperó un segundo para leerla; aunque tuvo que tomarse su tiempo para abrir el sobre. No le quedó más que usar su boca para ello; aunque debía procurar no mojar la carta con su babeo.


    Cuando al fin logró abrir el sobre y extender la carta, pudo leerla. La carta decía lo siguiente:



    ***************
    Estimado Link:


    Te doy infinitas gracias por todo el sacrificio y arduo trabajo que hiciste por el reino de Hyrule. Luchaste y defendiste el reino como el héroe que eres; fuiste muy valiente. Has demostrado ser un héroe honorable; las diosas no se equivocaron. Todos estamos en deuda contigo, por lo que no dudes en contar conmigo para cualquier cosa que necesites. Siempre estaré lista para darte una mano.


    Perdóname por no agradecerte antes, Link; pero desde que la paz ha vuelto he estado la verdad muy ocupada con muchos asuntos importantes del castillo como para sacar tiempo para escribirte. De nuevo, muchas gracias.


    Atentamente, se despide:


    La Princesa Zelda


    ***************



    Al leerla Link dio un pequeño suspiro de agrado y sonrió. Estaba un poco más tranquilo al saber que la princesa estaba bien. Y por fortuna, Link tenía el completo apoyo de la princesa Zelda. Esa fue la carta más oportuna que pudo haber leído alguna vez; y se dio cuenta que debía buscarla cuanto antes posible. Y debía apurarse, ya que la noche ya estaba presente y no quería llegar cuando la princesa estuviera dormida, por lo que rápidamente se puso en marcha hacia el bosque de Farone.


    Cruzó por todo el espeso bosque hasta encontrarse al frente de la casa de Coro. Aquel hombre vendedor de aceite quien una vez le regaló su candil. Coro vio a ese gran lobo acercarse aunque no reaccionó con ningún tipo de temor. Al contrario; parecía verlo como algo inofensivo.


    _ ¡Hola, gran lobito! Es extraño ver lobos en esta zona... ¿Qué tal?


    Link sólo se detuvo y vio a Coro con gracia. “Extraño es que hables con lobos” Se pensó Link con risa interior.


    _ Más te vale no atacarme. Mis carnes no saben tan bien ji ji ji. ¿Te gustaría quedarte para un delicioso panqueque? Tengo un pollo con cabalazas.


    Link sólo le ladró y prosiguió su camino por el bosque. No tenía tiempo como para hacer amistades con el tal Coro. No se estaba muriendo de hambre como para perder tiempo.


    _ Bueno, al parecer no tienes hambre... Pues mejor, más para mí ji ji ji.


    Link se topó con muchas plantas carnívoras, como era de costumbre, pero no iba a perder su tiempo en enemigos fáciles que no podían siquiera trasladarse. Cuando salió de la espesura de árboles del bosque, ya se encontraba en las Praderas de Hyrule pertenecientes a la provincia de Farone. La ventaja de ser un lobo era que podía correr más rápido sin cansarse tan pronto que si fuera humano.


    Al igual que en el bosque, Link intentó evitar a toda costa todo enemigo que se le cruzara. Aunque ya lo tenía cansado un ave que lo estaba persiguiendo todo el rato incrustándole las garras en su lomo y picoteando su cabeza. Por más rápido que fuera no lo lograba dejar atrás. En eso, el ave picoteó la oreja de Link. Esa fue la gota que derramó el vaso, y Link se hartó de una vez por todas y lleno de coraje se dio medio vuelta y mordió el pecho del ave. Lo mordió tan fuerte que lo mató al instante; y sus dientes se llenaron de sangre caliente con un fuerte sabor. A Link no le agradaba matar enemigos a mordidas ya que se sentía como si fuera un... animal; pero ya se había acostumbrado al sabor a sangre que sus ataques dejaban en su boca.


    Link se dirigió hacia el norte entrando a la provincia de Lanayru, específicamente en la Pradera sur del castillo de Hyrule. Estaba dispuesto a entrar cuando fue atacado por una manada de Stalwolves, sus rivales lobos esqueletos. Eran aproximadamente unos veinte, el mayor número de Stalwolves a los que se había enfrentado.


    Link a primeros instantes quiso optar por su ataque de energía oscura, hasta que recordó que Midna no lo acompañaba, dejando una pequeña nostalgia momentánea. A Link no le quedó otra mejor opción que su ataque giratorio, que era infaltable en sus dos formas. Por lo que esperó a que los stalwolves se acercaran lo suficiente a él para realizar el ataque. Cuando aproximadamente unos cinco estaban alrededor de él, Link los atacó antes de que estos lo atacaran a él, y seguido empezó a atacar rápidamente a uno por uno. Link odiaba que lo atacaran en manada, pero aunque le vencían en número sabía que podía contra ellos.


    Cuando al fin se deshizo de los rabiosos stalwolves, Link procedió a entrar en el castillo de Hyrule; aunque sabía que debía ser cauteloso ya que había un guardia vigilando la puerta, y si lo veía la cerraría. Entonces escondido entre arbustos y escaleras logró acercarse sin ser visto. Cuando le faltaba poco por llegar y no había más donde esconderse se pegó una carrera hacia la puerta. El guardia en vez de entrar y cerrar la puerta se quedó congelado del temor con su lanza en la mano. Parecía que había visto un monstruo. Link con el tiempo había notado lo cobardes que eran los guardias de Hyrule.


    Cuando entró en la ciudadela, todas las personas entraron en pánico y empezaron a correr desesperados, incluso las señoras tiraron sus bolsas y compras. Link sólo intentó no hacer mucho alboroto y se dirigió directo a norte de la ciudadela, a la entrada del castillo. Al llegar, había cinco guardias preparados para luchar, aunque no se sabía cuál de todos temblaba más.


    Link intentó esquivarlos, pero los guardias se lo impedían ya que era su deber; así que debía quitárselos de encima. Link hizo una pequeña sonrisa maliciosa; ya tenía una idea. Se colocó en frente de todos los guardas e hizo un ataque giratorio acompañado de un fuerte ladrido. Estos asustados dejaron caer sus lanzas y dieron un fuerte grito de niña, huyendo a toda velocidad. Link sólo se echó a reír en su interior. Pasado esto entró al castillo en busca de la princesa Zelda, pero fue detenido nuevamente por guardias; pero esta vez no eran cinco, sino muchos guardias, y más valientes que los anteriores. Estos se veían firmes y sin temor, y tenían la mirada fija ante cualquier movimiento de la bestia. Link no tuvo otra alternativa que detenerse. Así que empezó a ladrar y aullar con el fin de que Zelda lo escuchara, ya que Zelda era una de las muy pocas personas que sabían de la transformación de Link


    Los guardias lo amenazaban con sus puntiagudas lanzas si se disponía a atacar. Era muy frustrante. Link no paraba de ladrar. En eso el rey de Hyrule llegó a la habitación para saber a qué se debía tanto alboroto y tanto ladrido.


    _ ¿Qué sucede aquí? _ Preguntó el rey, cuando su mirada se dirigió al lobo acorralado. _ ¿Y qué hace esta bestia en nuestro sagrado recinto?


    _ Al parecer este lobo se burló de los guardias de la ciudadela y entró al castillo. No sabemos por qué ha venido... su alteza. _ Explicó un guardia con mucho respeto.


    _ Pues quiera lo que quiera no lo quiero aquí. No me agradan los animales, y menos los salvajes como este lobo. Es una amenaza para los habitantes. Sacadla de aquí inmediatamente.


    _ Sí señor. _ Obedecieron.


    Los guardias prosiguieron a sacar a Link del castillo por la fuerza, punzándolo hasta que saliese. Link sólo ladrara junto con gemidos de dolor. Sabía que no podía resistirse y debía retroceder, sino quedaría como un queso, lleno de agujeros.


    En eso, un dulce aroma a durazno se hizo presente en la nariz de Link. Un olor muy conocido para él y que recordaba de dónde era proveniente. Era el perfume de la princesa Zelda, quien había bajado de su habitación para ver a qué se debía el escándalo y los ladridos.


    _ ¿Qué sucede señores? ¿Acaso escuché ladridos? _ Dijo con voz serena.


    _ Una bestia entró al castillo hija. Mandé a los guardias a sacarla de inmediato. Es peligrosa. _ Aclaró el rey.


    _ Debo ver a cuál bestia te referís, padre. _ Saliendo del castillo. El rey no sabía por qué Zelda la quería ver.


    _ ¡Espera Zelda! _ Yendo tras ella.


    Zelda se asomó entre los guardias para ver de qué se trataba. Los guardias al ver a la princesa de inmediato le dieron espacio, pero no sin antes advertirle de la bestia.


    _ Cuidado su majestad, esta bestia puede ser peligrosa.


    Zelda observó al lobo, todos sus rasgos físicos y su comportamiento. El animal parecía sereno y parecía entender lo que se le decía. Además, tenía unos grandes ojos azules, que terminó de confirmar a la princesa de quién se trataba...



    Continuará...

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    [LEFT]"Trifuerza, equilibrio entre [COLOR=rgb(0, 179, 0)]Valor[/COLOR], [COLOR=rgb(255, 0, 0)]Poder[/COLOR] y [COLOR=rgb(0, 0, 255)]Sabiduría[/COLOR]."[/LEFT][/INDENT][/INDENT][/INDENT][/INDENT][/INDENT][/INDENT][/INDENT][/INDENT]

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  • Muchas gracias Kaynil :^_~: Me alegra que comentes, como el saber que algunos lo estén leyendo!! Prometo hacer del fic cada capítulo mejor.


    Capítulo 3: La Luna Amarilla


    (...)


    _ Este animal no es un riesgo para nosotros chicos. _ Aclaró la princesa.


    _ ¿Pero de qué estás hablando hija? ¿Acaso quieres que este lobo nos desgarre la carne y nos cene?


    _ No lo hará papá, lo que necesito es que los guardias se vayan. Señores, os ruego que os vayáis. _ Ordenó mirando a los guardias. Estos mirándose confusos siguieron la orden. Al irse, sólo quedaba el rey.


    _ ¿Cómo estás segura...? _ Temeroso al animal.


    _ Mi poder me protegerá papá. Este animal no tiene corazón salvaje ni odio en sus venas. Confía en mí y en las diosas papá.


    _ ...De acuerdo. Cualquier cosa me avisáis. Pero no confío en este animal, así que ordenaré a dos guardias vigilarte. ¿Entendido?


    _ Entendido.


    _ Está bien. _ Dándole un pequeño beso en la mejilla. _ Me iré a dormir, buenas noches, que mañana hay muchos asuntos pendientes.


    _ Buenas noches.


    El rey se fue a su habitación y Zelda quedó a solas con Link. La princesa sabía que no había ningún riesgo. Ella sabía perfectamente que era Link al sentir la fuerza de la trifuerza. La princesa tenía que hablar con él pero la presencia de los guardias lo impediría, ya que sería extraño que hablase con animales. La princesa sabía que lo último que Link quería era que descubrieran su identidad, por lo que debía deshacerme genuinamente de los guardias. Así que la princesa tenía un pequeño plan.


    _ Sígueme. _ Dijo la princesa a Link. Link la siguió por las escaleras hasta llegar a la puerta de su habitación. Los dos guardias la acompañaron como el rey ordenó. _ Estaré bien señores, os pediré que os quedéis aquí. Cualquier cosa os doy el permiso de entrar.


    Los guardias no hallaron cómo decirle que no, por lo que sólo se vieron entre ellos y asintieron con la cabeza con un formal “Como ordene princesa”. La princesa entró a su recámara y con su mano me insistió que entrara. Seguidamente cerró la puerta. La princesa era más chispa de lo que parecía.


    Link miró por un momento la recámara. La pared era de un color rosa suave y había muchos retratos de la familia real. Había muchos adornos lujosos y una gran cama de colchón ortopédico; al parecer la princesa sufría de dolores de espalda. Sin duda alguna el castillo había tenido ciertas remodelaciones.


    Link admitía que era un poco incómodo para él que estuvieran ambos solos en la habitación de la princesa, y como el olor a durazno lo había mareado ya.


    _ Bueno Link, ahora que estamos solos podemos hablar mejor. ¿Por qué has venido? ¿Necesitas?


    Link sólo se miró a sí mismo y dio un ladrido.


    _ Supondré que es porque quieres volver a tener tu forma humana, ¿no es así?


    _ ¡Guau!


    _ Intentaré regresarte a tu verdadera forma.


    Zelda levantó su mano izquierda e intentó usar su poder mágico. Sin embargo, algo estaba pasando que Link no respondía a su magia; más bien la marca de la trifuerza de Zelda comenzaba a brillar.


    _ Me temo que no puedo hacer nada Link... Es muy extraño.


    Link sólo bajo la mirada, esperando que Zelda hallara una solución.


    _ La magia que te mantiene en tu forma de bestia es la misma magia malvada con la que viniste aquella vez. Usaste el cristal, ¿cierto?


    Link asintió con su cabeza con algo de pena.


    _ Bueno. Te diría que fueras de nuevo a buscar la espada maestra. Sin embargo, percibo que esa magia se ha apoderado de tu alma...


    Link sólo abrió sus ojos preocupado.


    _ El cristal en el que residía la magia oscura debió haberse roto, y como resultado ha buscando un portador, que has sido tú. De todas formas, la espada maestra está descansando Link, y mientras no haya presencia del enemigo nadie la podrá sacar de su pedestal. Siendo tú aún el elegido.


    Link sólo bajó la cabeza pensando que todo estaba perdido.


    _ Pero no te preocupes, que tengo una idea. Como te dije, al romperse el cristal ahora eres el portador de la magia oscura, por lo que la magia te buscará a toda costa para entrar en tu cuerpo. La solución que tengo sería buscar algún objeto que pueda mantener la magia alejada de ti para que recuperes tu forma humana. Debe ser un objeto que en este momento esté presente y que luego desaparezca...


    (Segundos de silencio)


    _ Ya sé, ¿qué me dices si encanto a la luna?


    Link aceptó con un ladrido. De por sí Zelda sabía más que él.


    _ ¿Está todo en orden su alteza? _ Preguntó uno de los guardias.


    _ Todo en orden muchachos.


    _ Una pregunta su alteza ¿Está hablando usted con la bestia?


    _ No, estoy meditando y hablando con los antiguos dioses para bendecir a este animal del mal.


    _ Oh claro princesa, perdone mi incumbencia.


    _ Vaya, a veces no entienden el significado de privacidad... _ Dijo en voz baja. _ Pero no los culpo Link, no sabes lo temible que luces así jeje. Aunque para mí luces lindo.


    _ Guau _ Ladró Link sacando la lengua.


    _ Ejem, en qué me quedé... Cierto, en el hechizo de la luna. Verás, la luna es el único objeto que nos abandona, por lo menos durante el día. Si encanto a la luna, podrá llevarse tu maleficio durante el día como un imán y volverás a ser humano de nuevo. Pero al caer la noche y la luna se haga presente, la luz que irradiará traerá consigo la magia oscura que regresará a su portador. En otras palabras, con este hechizo será humano de día y lobo de noche, como en las películas de Lanayruwood. ¿Te parece bien?


    Link ladró feliz. Al menos ya no sería un lobo siempre.


    _ Olvidé dos cosas importantes Link. El día en que haya luna llena, la fuerza imán de la luna aumentará, por lo que serás humano esa noche; y cuando sea luna nueva, no habrá luna que recoja tu magia y serás lobo de día. Así que estate pendiente de eso.


    Y otra cosa importante es que cuando llegue el ocaso y se ponga el sol, procura esconderte en un buen lugar que tu transformación. No querrás que salga la luna y te transformes en frente de alguien. ¿Trato?


    _ Guau _ Ladró Link alzando su pata hacia la mano de Zelda.


    Tras haberle quedado claro a Link cómo funcionaba el hechizo, Zelda abrió la ventana y dijo una oración con sus manos al pecho y sus ojos cerrados:


    “Luna que reinas los cielos oscuros, ampara la maldad que se acoge en esta alma. Sed un imán del mal y devolvedle su forma en tu ausencia. Por el amor de los dioses, escucha mi súplica”


    ... Y una luz empezó a irradiar de las manos de Zelda que salieron disparadas hacia la Luna. Link sólo se sentó contemplando el hechiza mientras que Zelda seguía con sus ojos cerrados segura de lo que hacía. Luego Link comenzó a notar como una luz blanca también salía de su pecho.


    Al llegar la luz a la luna, esta se volvió amarilla como el queso.


    _ Listo. ¡Ahora la luna es mágica! He enviado el hechizo junto con parte de tu alma a la luna para que atraiga la magia oscura. Así la sacará de órbita cuando sea de día. Y te aseguro que mañana habrá muchas preguntas acerca de la luna amarilla...


    _ Guau _ Ladró Link agradecido.


    _ De nada. Ahora deberías irte. Ya casi amanece y sería extraño que de pronto aparezca un sujeto en mi cuarto conmigo en vez de un lobo jeje. Cualquier pregunta que tengas no dudes en venir, preferiblemente de día para entenderte.


    Link asintió con la cabeza y se paró para marcharse.


    _ Ya sabes, que nadie te vea.


    _ Guau _ Yéndose de la habitación. Los guardias de la puerta casi se descomponen cuando vieron salir a la bestia del cuarto. Link ya estaba más tranquilo, aunque no debía olvidar todo lo que le dijo Zelda. Ahora alternaría su forma de día y de noche, y debería ser cuidadoso con eso.



    Continuará...

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