Este escrito comenzo hace ya bastante tiempo, no lo termine por razones que incluso yo mismo desconozco...pero me arrepiento de no haberlo hecho antes, me emociona mucho la idea de volver con ustedes y con los nuevos chicos de la familia! espero este escrito sea de su agrado y aunque aun no tiene un final pronto lo tendra, va dedicado a todos aquellos que me han apoyado en esta pagina que son amigos, a mi abuelo que sin el nunca hubiera leido nada y a su buena onda que me ayudo a superarme a mi mismo... Les agradezco y dedico esta historia.
"Nunca debes olvidar el amor ya que sera tu arma mas fuerte ante el dolor...recuerda amar ante toda adversidad...aunque parezca no haber esperanzas la luz de alguna forma nacera..."
Un anonimo que queria ayudar.
Capitulo 1: Recuerdos
Esa tarde hacía calor en la ciudad y la plaza central del pueblo estaba muy concurrida, pues habría una competición de esgrima para los más jóvenes (competición en la cual, si se tenía suerte, elegían a uno de estos para ser entrenado por alguno de los espadachines más importantes). También, había práctica con espadas de madera, galerías de tiro con arco, lugares donde enseñaban a tirar bombas de manera segura, y otras cosas que ayudaban como entrenamiento para llegar a hacer un caballero del castillo.
En este lugar se encontraba un joven llamado Link. Este estaba emocionado pues ese día era su cumpleaños número 13 y había cumplido la edad necesaria para poder entrar a la competición. Se había ido a inscribir junto a su amiga Romaní, quien le llevaba unos años más, pues tenía 15 años, y no tan solo lo aventajaba en edad sino también en su habilidad con el arco. Ella quería llegar a ser una arquera del castillo. Ambos iban en camino hacia la plaza muy callados por los nervios. Link llevaba mucho tiempo queriendo poder entrar a esta competición y a Romaní le dirían si la aceptaban para empezar el entrenamiento de arquera real. Este silencio duró hasta que empezaron a sentir los fuegos artificiales de la plaza y con la voz un poco apagada por los nervios Romaní dijo:
-Link debemos apurarnos, porque tú no llegaras a inscribirte y yo jamás sabré si me aceptaron. Corramos, así llegaremos rápido.
Con un asentimiento de cabeza ambos empezaron a correr, fue que llegaron a la plaza y vieron que estaba llena de jóvenes, que como era de esperarse, se estaban inscribiendo en la competición de esgrima, entonces Link le dijo a Romaní:
-Mira yo voy a inscribirme, tú ve y busca a tu entrenadora para saber si ya estás dentro. Cuando termines de hablar nos encontramos en el centro de la plaza donde siempre.
-Muy bien, que tengas suerte Link.
-Gracias, y tu también.
Con una sonrisa y un beso se despidieron, Link se quedo mirando cómo se alejaba su amiga mientras se ponía en la fila para inscribirse. Recordaba el día que conoció a Romaní, hacían ya 6 años, y el recuerdo seguía allí, como una brasa que no se apaga. Él estaba trabajando con su abuelo en la herrería, y este lo había mandado a llevar unas espadas de madera al dojo de entrenamiento de esgrima para los niveles más bajos de entrenamiento. En el trayecto de ida, Link pasó por la plaza y escuchó una melodía que le atrajo mucho, pero antes de poder detenerse debía llevar las espadas. De vuelta, volvió a escuchar la música que venía del mismo lugar, fue entonces cuando vio a Romaní. Quedó anonadado no solo por la melodía, sino también por la chica que la estaba tocando. Con algo de vergüenza se acerco para hablarle y cuando ya estaba unos metros, ella paró de tocar y lo miró, se le pusieron las mejillas coloradas. La muchacha rió y le dijo:
-Hola ¿tú eres el nieto de Raiter, el herrero?
-Sí, yo soy Link, ¿tú quién eres?
-Yo soy Romaní, Mi padre es Merle…
-Sí, él es amigo de mi abuelo, es quien le vende las pociones para hacer más fuerte el hierro de las espadas… aunque jamás te vi con él.
-No, a mí no se me dan las pociones, lo que sí me gusta es tirar con mi arco y tocar mi arpa. Esas son las cosas que más me gustan hacer.
-Lo mío es la esgrima y algún día llegaré a ser un gran caballero del castillo.
-Entonces nos veremos en el castillo cuando yo sea una arquera real.
-Eso estaría muy bien. Debo irme y seguir ayudándole a mi abuelo, pero mañana ¿nos podemos ver?
-Claro, mañana a la misma hora estaré aquí y no faltes, sino me enojaré contigo y tendré que usar mi arco contigo. Ja,ja,ja.
-Muy bien te prometo volver mañana. Ja,ja,ja.
Desde ese día jamás se separaron. En esos momentos Link ya estaba casi primero en la fila y no se había dado cuenta, envuelto en el recuerdo, y, ahora, después de tantos años todo ese cariño seguía tal cual. De repente sintió la voz del hombre que registraba:
-Hola. Buenos días-saludaba con un ánimo muy bueno, que alegraba con solo verlo- ¿Vienes a inscribirte o a mirar el aire?-dijo esto con un tono sarcástico pero gracioso.
-Oh, lo siento. Sí, vengo a registrarme.
-Bien, dime ¿Cómo te llamas y tu edad?
-Me llamo Link y tengo 13 años.
-Bien ahora pasa por aquí-levantó una cortina que había detrás del puesto y lo hizo pasar-Bien, ahora debes demostrar tu habilidad con algunas cosas antes que nada, pasa por esa puerta y habrá unas personas que te probaran.